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Tecnología y abismos generacionales

Se está viviendo el choque generacional más profundo en la historia de la humanidad, en que las palabras son las mismas, pero la cultura y costumbres muy diferentes.

Cambio tecnológico en aceleración

Una distinción peculiar y muy reciente en el tiempo, y muy de moda: distinguir entre diferentes grupos de edad o generaciones. Que si los “baby boomers”, “Generación X”, Milenials, Centenials o, entre las más recientes, la llamada “Generación Z”. Parece, a primera vista, una serie de clasificaciones sin sentido, irrelevante. No lo es porque hay una distancia importantes, en ocasiones abismal, entre los diversos grupos generacionales. La diferencia en el tiempo, la edad, marca experiencias y actitudes. En cierta forma hay personas que parecen venir de planetas distintos, y es que así es.

Por milenios la humanidad vivió en entornos prácticamente inmutables, con las sucesivas generaciones viendo pocos cambios sustantivos, o ninguno. Pobreza, hambre y enfermedad eran lo habitual. El trabajo era duro y el tiempo de ocio bastante escaso. Mujeres y hombres crecían, se reproducían y morían muchas veces sin alejarse en exceso de su lugar de nacimiento. Eso de viajar era algo exótico, apto para los aventureros y hasta amantes del peligro.

El progreso tecnológico constante e imparable, “normal” en los tiempos actuales, inicia con la Revolución Industrial, esto es, poco más de 200 años, unas ocho generaciones. La revolución en materia de comunicaciones y transportes, aparte de avances científicos de todo tipo ha sido extraordinario, y cada vez más rápido. La actual globalización es mucho más estrecha y en muchos casos veloz, con mucho superior a la experimentada hasta los principios del siglo XX. Esa Revolución Industrial tenía ya más de medio siglo vigente cuando Julio Verne imaginó a un excéntrico inglés dando la vuelta al mundo en 80 días (publicó su famoso libro en 1872). La invención del avión llegaría tres décadas más tarde.

No se trata solo de la tecnología per se, sino además de su accesibilidad y precio. Un receptor de radio, una televisión, no solo eran de un tamaño impresionante (literalmente como un mueble) sino inicialmente artículos de lujo. Una línea telefónica era tan cara que muchos vecinos compartían una. La “supercomputadora” más avanzada en el mundo en 1985, la Cray 2, tenía un disco duro de 2GB y costaba unos 40 millones de dólares a precios de hoy.


Mundos totalmente distintos

Por lo que actualmente en cualquier sociedad conviven personas con conocimientos y experiencias muy distintas. Una persona que nació alrededor de 1942 (esto es, de unos 80 años) leyó periódicos, mandó telegramas, utilizó teléfonos públicos y obtuvo su información de libros impresos la mayor parte de su existencia. Usó durante su vida profesional una máquina de escribir (inicialmente manual, posteriormente eléctrica) y papel carbón en abundancia, aparte del propio papel. Para mandar comunicaciones utilizó la carta (correo “normal”), el telégrafo, télex, fax y a continuación correo electrónico, y actualmente alguna aplicación como WhatsApp. Un joven nacido en 2002 puede considerar la mayoría de esos objetos (y con razón) como piezas de museo, elementos de un pasado (a sus ojos) muy lejano, porque en términos tecnológicos realmente es distante.

Generaciones superpuestas, que conviven cotidianamente, vivieron mundos totalmente distintos. Se está viviendo el choque generacional más profundo en la historia de la humanidad, en que las palabras son las mismas, pero la cultura y costumbres muy diferentes. Para uno es normal llamar por teléfono, el otro puede ofenderse porque no le preguntó antes si le podía llamar. Para una persona mayor hay por lo menos cierto respeto, deferencia, ante otro de más edad; aquella mucho más joven está acostumbrada a tratar por igual a personas mucho menores o mayores. No sabe, ni quizá le interese mucho, si una persona con la que trata virtualmente (por juego, trabajo o por una transacción comercial) es de su edad, 20 años menor o 30 años mayor. En décadas recientes ha habido un “aplanamiento” generacional con respecto al trato cotidiano.


Tres generaciones

En ese sentido, pueden distinguirse realmente tres grupos generacionales que coexisten en la actualidad, por llamarlos de alguna manera:

Los “prenet” o “preredes”: nacidos en 1980 o antes, esto es, llegaron a la edad adulta o muy cerca de ella sin la existencia de internet o el correo electrónico (que inició su explosión a partir de 1995). Los más jóvenes entre los “prenet” tienen actualmente más de 40 años.

Los “postnet” o “postredes”: nacidos entre 1980 y 2005. Para ellos internet ya es algo absolutamente normal, con todo lo que ello implica. Los más jóvenes entre los postnet rozan ya la edad adulta.

Los “iphone”: nacidos a partir de 2005, son aquellos que no solo crecen con internet, sino crecientemente rodeados de teléfonos inteligentes. No es que tengan acceso a todo el conocimiento de la humanidad al alcance de sus dedos en una computadora, es que cargan ese computadora en el bolsillo (Steve Jobs presentó el primer teléfono inteligente el 29 de junio de 2007).

Estas son las generaciones que actualmente conviven, se apoyan o chocan, en un mundo que seguirá cambiando a una velocidad todavía más vertiginosa. Quizá la siguiente generación será la “meta”, aquella que tendrá la posibilidad de evadirse por completo al mundo paralelo, pero al cabo inexistente, del llamado metaverso.

Los “postnet” o “postredes”: nacidos entre 1980 y 2005. Para ellos internet ya es algo absolutamente normal, con todo lo que ello implica. Los más jóvenes entre los postnet rozan ya la edad adulta.

Los “iphone”: nacidos a partir de 2005, son aquellos que no solo crecen con internet, sino crecientemente rodeados de teléfonos inteligentes. No es que tengan acceso a todo el conocimiento de la humanidad al alcance de sus dedos en una computadora, es que cargan ese computadora en el bolsillo (Steve Jobs presentó el primer teléfono inteligente el 29 de junio de 2007).

Estas son las generaciones que actualmente conviven, se apoyan o chocan, en un mundo que seguirá cambiando a una velocidad todavía más vertiginosa. Quizá la siguiente generación será la “meta”, aquella que tendrá la posibilidad de evadirse por completo al mundo paralelo, pero al cabo inexistente, del llamado metaverso.

Fuente: Arena Pública

Sergio Negrete Doctor en Economía por la Universidad de Essex, Reino Unido. Licenciado en Economía por el ITAM. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Profesor-Investigador en el ITESO. Fue funcionario en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el Gobierno de México. 

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