La abuela desesperada porque está cansada de cuidar a sus nietos

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Por Elaine Féliz

Una abuela me escribió para contarme su realidad. Entre líneas percibí desesperación, decepción y enojo con ella misma, porque estaba viviendo una realidad que ella misma construyó y de la cual no sabía cómo salir.

Me contaba que tiene dos hijos, uno de 28 y otro de 32, dos adultos que viven con ella, con sus respectivas esposas e hijos, que no tienen trabajo fijo y que ella los ayuda para que puedan mantener a su familia y sobrevivir. También decía que hace 4 años que viven con ella, que los primeros meses fueron entendibles, pero que con el paso de los años se ha convertido en insoportables, pero no se atreve a decírselo a nadie y que no encuentra la manera de hablarlo con sus hijos.

Cuando leía lo que me escribió, entendí que sentía culpa por sentirse desesperada, porque como ella bien dice son sus hijos, son sus nietos y lo que manda es que ella esté feliz de tenerlos en casa; pero su realidad es otra. Esa culpa sana que siente ella es la señal de que no está viviendo la etapa que le corresponde, es la señal que le recuerda que ella ya crió y que no le toca seguir criando a sus hijos, y mucho menos a sus nietos, que su etapa natural es descansar, es vivir los pocos años que le quedan haciendo lo que no pudo hacer mientras criaba: dedicarse tiempo a sí misma, disfrutarse y vivir la tercera edad que también es hermosa, siempre y cuando así lo veamos y lo construyamos.

Esta historia me hizo pensar en la cantidad de padres que entienden que los abuelos tienen el compromiso de criarle a sus hijos, que le dejan sus hijos a sus padres todo un día (sin ayuda) porque tienen que trabajar, que se los dejan todos los fines de semana (sin ayuda) porque quieren salir a bailar, o que sencillamente, se escudan con el pretexto de que el abuelo o la abuela se lo pide y que son felices ocupándose tiempo completo de sus nietos, y eso no es sano, porque la energía, la fuerza física, la paciencia y el ánimo se agota con los años y la ley natural dice que por jerarquía les toca descansar.

Es esperado y saludable que ocasionalmente dejemos a los nietos un rato con los abuelos para que disfruten de ellos, que los visitemos juntos, o que se los regalemos un fin de semana de cuando en vez. Pero si se los dejamos todo el día porque tenemos que trabajar, consideremos que se cansan, que no pueden quedarse solos con toda la responsabilidad, porque no les toca y porque es un abuso de nuestra parte, aunque el abuelo no lo diga y tenga todo el deseo de hacerlo.

Cuando hablo con padres siempre les digo que los hijos se crían para que se vayan, no para que se queden, porque lo sano es que les enseñemos a volar para que lo hagan con alas propias. Nuestra misión como padres es criar para que nuestros hijos sobrevivan sin nosotros, para que sean adultos funcionales e independientes, porque algún día vamos a morir y no estaremos para seguir acomodándolos.

Los padres cosechamos los adultos que sembramos en la infancia, y para cosechar adultos independientes y funcionales tenemos que enseñar a nuestros hijos a resolver sus propios conflictos, a que aprendan a buscar soluciones, a frustrarse y a salir de la frustración solos, a colaborar con los quehaceres de la casa, a ser sin nosotros, porque así debe ser, porque aunque nos duela, los hijos son prestados y mientras más los acomodamos más los inutilizamos.

Entiendo que la mejor manera de agradecerle a nuestros padres todo lo que hicieron por nosotros es siendo adultos responsables de nuestra propia vida, asumiendo nuestros actos y actuando de la mejor manera que podemos para que se sientan orgullosos de lo que somos, de lo que hicieron con nosotros y de lo que nosotros haremos con nuestros hijos.

No olvidemos que cuando hicimos a nuestros hijos nuestros padres no estaban y que a nosotros nos corresponde criarlos, por lo que si no podemos solos, nuestro trabajo es buscar una ayuda externa que no sea necesariamente los abuelos, sin pretextos ni excusas.

Fuente: https://www.elainefeliz.com/padres-y-madres/la-abuela-desesperada-esta-cansada-cuidar-nietos/