InicioDesarrolloHijosDiario de una mamá desesperada: No es que esté de mal genio

Diario de una mamá desesperada: No es que esté de mal genio

Se trataba de un amigo de la secundaria a quien le tengo bastante aprecio, él fue durante casi cinco años mi compañero de juergas y desatrampes, ya no se diga las interminables charlas que sosteníamos los viernes después de la escuela y el trabajo. Por mucho mi mejor amigo y lo mejor de todo es que era sólo eso: un amigo.
Conforme fuimos creciendo, yo conocí a mi esposo, me casé, dediqué tiempo a mis proyectos, así que nuestros ratos de diversión fueron cada vez menores. Él se fue a vivir a otro estado y procurábamos escribir y hablar por teléfono siempre que fuera posible.

Luego llegó mi bebé…

Sí, los hijos nos cambian la vida. De hecho puedo jurar que la mirada de una mujer no vuelve a ser la misma después de mirar a su bebé por primera vez.
Se queda una impresión en el rostro, en el alma. Quieres darlo todo por ese ser, tus nervios se enloquecen y tu corazón conoce a a Dios.
Pero cuando mi amigo dijo “Has cambiado mucho”, su voz traía un tono desilusionado e insatisfecho, ya no le gustaba la persona en la que me había convertido, no aceptaba mi evolución.

Alguna vez leí que todo crecimiento rinde tributos, y nunca creí que ser madre significara también sacrificar mis amistades, pero créanme, es así. Muchas personas de las que creías absoluta cohesión y cariño, se van porque ya no tienen nada en común y porque no se identifican con tu nuevo estilo/decisión de vida.

La mirada de una mujer no vuelve a ser la misma después de mirar a su bebé por primera vez

Aquel día no me encontraba en mi mejor momento

Gesticulé una actitud de desaprobación, me aparté para dar pecho a mi bebé. Él estaba en mi casa de invitado tomando un refrigerio, yo no quise hacerlo sentir incómodo, sólo me pareció desconsiderado de su parte que se pusiera a hablar por teléfono con alguien más cuando se suponía que la visita era para mí y mi bebé. Que hablara a un volumen poco natural, despertando al bebé.
Y es que yo quiero retar a cualquier humano a que: No duerma, le duela la espalda, tenga hambre constantemente, tenga que aguantarse las ganas de hacer del baño, tenga los brazos cansados, sienta que el corazón le va a explotar en cualquier momento. Y que luego de estar así por unos tres meses, derroche buen humor y buen ánimo: imposible.

Estas emociones son frecuentes durante el puerperio pero luego las cosas mejoran. De hecho cerca del año de edad y más aún cuando comienzan a explorar solos, todo se vuelve más fácil, pero para entonces la mitad de tus conocidos han huido a tierras lejanas, no les interesa tu maternidad.

¿La sociedad moderna ya no tiene empatía por la maternidad?

No todos los amigos te abandonan, de hecho, muchos nuevos llegan, tribus de padres que ahora forma parte de una nueva vida, de un nuevo estilo de amar. Procuremos adaptarnos a los cambios, sólo en el fluir con amor, vamos a encontrar sabiduría.

 

MamaChaos

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