No se trata de permitirles todo. Debe existir un equilibrio sano entre permisividad e intransigencia. Pero lo más importante es marcar esos límites no con un no, sino de una forma positiva y constructiva.

Sin utilizar el no, los niños entenderán mucho mejor el porqué de las normas, serán más responsables de sus actos y sus consecuencias. Además, actuarán de forma más autónoma y, por supuesto, tendrán una mejor autoestima. Así, evitaremos berrinches y enfados sin sentido.

¿De qué forma puedo decir no sin utilizar esa palabra?

La siguiente tabla te da algunos ejemplos con los que cambiar el lenguaje de forma positiva y evitar que el no pierda su significado. Deja ese no para lo realmente importante, como cruzar la calle sin ir agarrado, asomarse a la ventana, etc. Es decir, para aquello que pueda suponer un peligro para el niño.

Te damos algunas ideas de cómo decir no sin utilizar esa palabra:

Sugerir otra cosa que puede hacer

Si no podemos ir al parque, podemos cocinar en casa, colorear, etc. Siempre podemos encontrar una alternativa a esa cosa que no podemos hacer.

Posponer la petición hasta que realice

Si en ese momento no se puede llevar a cabo lo que quiere o estamos ocupados, podemos dejarlo para otro momento, pero hemos de recordar cumplirlo.

Explicarle qué ocurrirá si hace lo que quiere

Si pega a su hermano, si rompe los juguetes, si hace algo malo o que se supone no debe hacer, siempre habrá consecuencias y debemos explicarlas de forma sosegada. No podemos olvidar que cada acto tiene su consecuencia; algo que, a veces, no les recordamos a los más pequeños.

Aclararle las normas

Antes de tener que prohibirles nada, explica las normas que tenéis en casa y por qué son como son. Así los más peques comprenderán lo que pueden o no pueden hacer y anticiparán la respuesta.

Fuente original: Guía Infantil