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Mitos del pulque que te hicieron pensar que era una bebida asquerosa

Mitos del pulque que te hicieron pensar que era una bebida asquerosa

En las antiguas ciudades prehispánicas, el pulque fue una bebida que sólo podían beber aquellos que ostentaban algún cargo importante dentro de la sociedad; por ello, las personas mayores de 52 años, al ser considerados sabios, podían tener acceso a este néctar obtenido del corazón del maguey. Fuera de las celebraciones significativas, los únicos que tenían permiso de beberlo hasta embriagarse eran aquellos que estaban próximos a ser sacrificado.

A pesar de que se trataba de un noble elixir, el pulque comenzó a adquirir una connotación negativa durante la colonia por ser una “bebida de indios”. Sin embargo, a partir de 1981 con la aparición de la película “La Pulquería” dirigida por Víctor Manuel Castro, la bebida fue tomada como sinónimo de baja categoría, debido a que en el filme los consumidores presentaban conductas propias de quien no recibió más educación que la que les proporcionó la calle.

Después de eso, los mitos alrededor de este líquido ancestral han aparecido constantemente con el fin de frenar el consumo de la bebida. Contrario a todo pronóstico, el pulque ha tenido un renacimiento tremendo, permitiendo que el florecimiento de una nueva generación de establecimientos especializados en la venta de este espumoso brebaje.

A pesar de que su olor es fuerte, no está fermentado con estiércol de ningún otro animal. Ese es un mito que inventaron los productores cerveceros para desprestigiar a su competencia.

No es sustituto para ningún alimento, así que no te confíes cuando te digan que contiene el mismo nivel de proteínas y otros nutrientes que puedes encontrar en la carne.

Está comprobado que los alimentos afrodisíacos no existen, por lo tanto, las propiedades sexuales del pulque tampoco son del todo ciertas. Como cualquier otra bebida alcohólica relaja las inhibiciones sexuales; sin embargo, no aumenta el deseo.

A diferencia del vino, el pulque no se hace mejor conforme avanza el tiempo. Debemos recordar que es una bebida que continúa con su fermentación, aumentando su mal olor y textura viscosa.

Sin importar que se trate de una bebida elaborada en casa, sí existen pulques adulterados. Para darle textura a una bebida mal hecha, hay quienes le agregan harina o cardón. Evidentemente esto provoca que el “pulque” tenga una consistencia viscosa y haga “hebra” en el jarro o en los labios de quien lo bebe; además de que genera mal olor.

Por ningún motivo te dejes llevar por el mito de que es una bebida para paladares poco refinados. Quienes saben de pulques tienen que limpiar su boca antes de catarlo para saber si es bueno o no; el proceso incluye tortillas de maíz, chile de árbol y sal de mar.

No todos los pulques se producen del mismo tipo de maguey; al haber cerca de 70 variedades diferentes de esta planta, las posibilidades de hacer pulques con diferentes sabores y texturas son extensas.

Si te has privado de probarlo porque alguien te había contado una de estas historias, es momento de que te deshagas de ese absurdo prejuicio y te tomes un buen trago de este líquido sagrado antes reservado sólo para los dioses.

 

Fuente- Cultura Colectiva:

https://culturacolectiva.com/comida/mitos-del-pulque/

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