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Freeganismo: Comer de la basura

 

El desperdicio de alimentos es el problema y el freeganismo es una de las soluciones.

Tiramos la comida todo el tiempo: la que no es bonita, la que rebasó la fecha de caducidad o la que ya no pudimos comer porque nos faltó hambre; no importa si está buena o mala, lo hacemos indiscriminadamente. El freeganismo o friganismo es un movimiento que consiste en recuperar la comida que ha sido descartada de la cadena comercial y que, sin embargo, está en perfectas condiciones para consumo humano. Su nombre se deriva del término free (gratuito). Es un movimiento que busca boicotear al sistema alimentario y ser partícipe de él en la menor medida posible.

A mediados de los 90, como fruto de ideologías de antiglobalización, se comenzó a tomar conciencia del brutal desperdicio de alimentos que se realiza en mercados y supermercados, simplemente porque ya no se ven bien o ya cumplieron fechas de caducidad preventivas para su consumo. Surgieron grupos de personas que se aventuraron a revisar los basureros de los supermercados de Londres y Estados Unidos para buscar y encontrar comida en buen estado.

Hoy en día, estos recolectores recuperan  comida de buena calidad de manera gratuita, que de otra forma hubiera terminado en la basura. A esta actividad pronto se le llamo dumpster diving o recolección urbana.

El freeganismo busca exhibir la injusticia que representa el desperdicio de alimentos, al tiempo que ofrece soluciones a los problemas alimentarios. Este movimiento destaca los valores de comunidad, generosidad, compromiso social, libertad, cooperación, así como expresar su oposición a una sociedad consumisma y apática.

¿Por qué se tira la comida?

A veces, simplemente los alimentos no cumplen con los estándares de venta (forma o tamaño) para ser comercializados. En otras ocasiones obedecen a las fechas de caducidad y son descartados sin siquiera ser evaluados sensorialmente –casi siempre las fechas de caducidad son simplemente una guía para orientar al consumidor y proteger al productor de posibles demandas–, sin embargo, esto no significa necesariamente que un producto no sea apto para su consumo. Es tan grande el desperdicio de alimentos por fechas de caducidad, que actualmente, países como Alemania han comenzado a regular el uso de las mismas y a motivar más a los consumidores para que utilicen sus instintos y sentido común al momento de evaluar la vida útil de los alimentos.

Un motivo más por el que se desperdicia la comida es por un tema de logística, ya que donar alimentos implica recursos: transportación, almacenaje y mano de obra. Otras veces, la comida se va directo a la basura por falta de creatividad, es decir, ingredientes que se consumen en algunos países son completamente ignorados en otros, tal es el caso de las hojas de betabel, los rabos de cebolla o la raíz del apio, por nombrar tan sólo algunos que en ciertos lugares no son considerados como insumos comestibles y que en otros son altamente apreciados. Y, por último, uno de los casos más comunes del desperdicio de alimentos es la descomposición: la comida que simplemente no se consume y se echa a perder en las casas.

 

10 consejos para comprar
mejor y desperdiciar menos:

  1. Haz tus compras con una lista. Esto evitará que compres de más y pierdas perspectiva ante la oferta del supermercado.
  2. Compra sólo la cantidad que vas a consumir. Practica esto en todas partes: restaurantes, cafeterías, supermercados y casa.
  3. Planea tus menús. Esto te ayudará a optimizar los recursos y desperdiciar menos, por ejemplo, si compras pescado utiliza el filete y prepara un caldo con la cabeza, cola y huesos.
  4. Congela la comida. No dejes que se eche a perder en el refrigerador.
  5. Prepara conservas. Cuando tengas mucha fruta fresca, gánale a la maduración de los ingredientes y prepara mermeladas, salsas o helados.
  6. Apela a tu creatividad. Siempre hay cosas que puedes preparar integrando ingredientes que de otra manera no usarías como las hojas del betabel o los rabos de cebolla.
  7. Ignora las fechas de caducidad. Usa tus sentidos, huele y prueba los alimentos.
  8. Si sobra, llévatelo. Pide los alimentos que no te acabaste en los restaurantes para llevar y disfrútalos en tu casa.
  9. Lleva la comida de tu casa a la oficina.
  10. Sírvete sólo lo que te vas a comer y acábatelo.

 

Las frutas feas, víctimas de su apariencia

Hace un par de años, la cadena de supermercados francesa Intermarché lanzó una campaña llamada “Frutas y verduras feas”, que consistía en ofrecer todos esos vegetales que no cumplen con los estándares de apariencia establecidos, pero sí con calidad, sabor y frescura a un precio más bajo.

Una campaña que sensibiliza a los consumidores acerca de los estándares de belleza impuestos a la comida y, además, los hace reír un rato con su ingeniosa publicidad.

Las reglas del Freeganismo

Como todo buen movimiento, tiene una serie de reglas a seguir. Así es que si quieres echarte un clavado entre los restos de comida, éste es un mini manual para saquear bien los contenedores de basura:

Nunca tomes más de lo que necesitas.

El primero que llega al basurero elige, pero siempre tienes que compartir.

Deja el lugar más limpio de lo que lo encontraste.

Para más información acerca del movimiento freegan visita: freegan.info

 

 

 

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