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Escribimos lo que queremos

Los editores del portal Punto Crítico se mantienen fieles a su slogan: “escribimos lo que queremos”. Hoy en día hay que tener valor para hacerlo pues, irónicamente, en una sociedad que se las da de libertaria, vemos todos los días que las opiniones diferentes son reprendidas y castigadas.

El siguiente artículo plantea varios sucesos mediáticos del 2015 que nos llevan a cuestionar si estamos siendo políticamente correctos o intolerantes a las opiniones distintas:

¿Y tú… eres políticamente correcto?

El término ‘políticamente correcto’ ha tomado fuerza en los últimos años. Cada vez es más común que las personas adopten esta manera de actuar y hablar, sobre todo en temas controversiales.

Pero… ¿qué es ser políticamente correcto?

Es minimizar la discriminación de diversos grupos de personas en función de su origen, raza, cultura, sexo y orientación sexual al evitar ciertas conductas y expresiones.

Ser políticamente correcto es más que nada un fenómeno social y lingüístico, que nace sin duda de una sociedad más sensible y receptiva respecto a estos temas. Sin embargo, adquiere un tono autoritario que no admite réplica ni oposición, lo que termina contradiciendo sus bases bien intencionadas.

Voy a adentrarme en temas controversiales (ojalá no me linchen). Empecemos con un caso muy sonado: el disfraz de Caitlyn Jenner. Se desató la indignación de miles de personas cuando salió a la luz que una compañía de disfraces estaba manufacturando uno que se llamaba ‘Call me Caitlyn’.

Los indignados alegaban que el disfraz era discriminatorio. Sin embargo, no recuerdo que haya habido la misma cantidad de indignación cuando salió el disfraz de Miley Cyrus de los VMA 2013. Por lo general, cada año hay figuras de la cultura popular que se destacan: el de este año son Caitlyn Jenner y Donald Trump, y ¡oh sorpresa! El disfraz del último no ha ofendido a nadie.

Otro caso muy divulgado fue el de los diseñadores de Dolce & Gabbana y sus comentarios considerados ‘anti-gays’ (a pesar de que ellos lo son). Domenico Dolce dijo a la revista italiana Panorama: “Tú naces y tienes un padre y una madre, o al menos debería ser así. Yo llamo a los hijos de la química ‘niños sintéticos’. Úteros de alquiler, elegidos de un catálogo.” Obviamente, su declaración ocasionó ira en redes sociales. Elthon John y Courtney Love fueron los primeros encolerizados y llamaron a boicotear la marca. Stefano Gabbana hizo saber lo que pensaba al respecto por medio de su cuenta de Instagram, donde escribió: “¿#boycottdolcegabbana? ¡Esto es intolerancia a las opiniones diferentes! ¿Yo te condeno porque no piensas como yo? ¡Locura! Es como si yo lo boicoteara a él porque ha tenido dos hijos (con fecundación) in vitro. ¡No soy un idiota! Tolerancia.”

Por el otro lado, Domenico declaró: “Soy siciliano y he crecido con un modelo de familia tradicional, formado por una madre, un padre y un hijo. Sé que existen otras realidades y es justo que existan, pero mi visión de la vida es lo que me han transmitido. He crecido así, eso no quiere decir que no apruebe otras opciones. He hablado por mí, sin juzgar las decisiones de los demás.” Ambos diseñadores dejaron claro que ellos creen en el modelo de familia tradicional. ¿Opinar diferente merece que boicoteen su marca?

Un ejemplo más reciente es el de Lamar Odom. El ex de Khloé Kardashian fue encontrado inconsciente en un prostíbulo por culpa de una sobredosis. Su salud estuvo en estado crítico (actualmente ya se encuentra mejor) y Khloé canceló los trámites de divorcio. El comediante Chris Rock mandó su apoyo al atleta por Twitter, pero también bromeó al respecto: “Lamar es el primer hombre en salvar su matrimonio con cocaína y prostitutas.”

Comentarios enojados no se hicieron esperar. Sin embargo, Chris fue el primero en poner sobre la mesa una realidad sobre la que al parecer muchas personas hicieron de la vista gorda. La cruel verdad es que nadie obligó a Lamar: todo fue decisión propia.

El común denominador de estos tres acontecimientos es que son políticamente incorrectos. Por ende, ardieron en cuestión de segundos en redes sociales y el Internet en general. Parece ser que las opiniones diferentes son reprendidas y castigadas por la sociedad, lo que en verdad llama a cuestionarnos: ¿estamos siendo políticamente correctos o intolerantes a las opiniones distintas?

¿Quieres saber si este fenómeno ya te alcanzó? Solo haz memoria y pregúntate si te has reservado tu opinión porque sabes que no ‘está bien’ decir que no estás de acuerdo con algo.

 

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