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¿Por qué la abuela pone un belén y nosotros sólo un árbol?

Los niños de hoy y la Navidad sin Jesús

Andrés Galera Cabañas es el autor de Hoy es Navidad (De Buena Tinta), un libro que ha escrito «para madurar el sentido de la Navidad y acercar a Jesús a las personas. Es la historia de un niño de once años que hace muchas preguntas sobre la Navidad porque ni en su casa ni en el colegio saben explicarle muy bien qué es lo que se celebra. Todo empieza cuando el niño pregunta a sus padres por qué ponen árbol pero no belén, mientras que los abuelos sí ponen belén en su casa.

– ¿Quién debería leer este libro? ¿A quién se le puede regalar y por qué?
– Está pensado para niños a partir de diez años. Pero también para sus padres y abuelos. Es para todos y para compartir en familia. Va dirigido especialmente a los que poco o nada saben y quieran conocer o madurar el sentido de la Navidad. Puede ser muy básico para creyentes con una formación sólida. Pero incluso entre éstos que lo han leído les ha gustado, hecho reflexionar… Y sobre todo lo recomiendan para sus hijos o nietos en estas fechas.

El libro quiere dar a conocer con un formato y lenguaje asequibles el misterio del nacimiento de Jesús: ¿quién es y para qué ha venido al mundo? Lo que lleva a la reflexión sobre Dios, el hombre o el origen del bien y el mal. Y todo desde la perspectiva vital de un niño. Puede ser un buen regalo de los abuelos a sus nietos y de paso a los padres. Los abuelos son muy importantes en la educación y transmisión de valores a sus nietos. Hay muchas abuelas creyentes que rezan por sus nietos e hijos que perdieron la fe y que la encontrarán gracias a sus plegarias y ejemplo

– ¿Qué diferencias ve en la Navidad de los niños de 2015 y la de los niños de, digamos, 1985, o 1965?
– En general hoy se vive de un modo más materialista y consumista. A pesar de la crisis, muchos niños reciben regalos y regalos, en los que basan todas sus expectativas estos días, junto al “consumo” de actividades lúdicas. Antes los niños solían conocer quién era Jesús y el porqué de su nacimiento.

Hoy día, en muchas familias no se habla de Dios ni de Jesús y la Navidad es un mero evento social o familiar. Buenos deseos pero poco Niño Jesús o villancicos o Misa del gallo. Creo también que hoy los niños son menos niños a más corta edad y disfrutan menos jugando. Y están muy influidos por una “cultura” global sin valores que reciben por pantallas de todos los tamaños. Antes la única pantalla era la TV.

Por otra parte, desde la política se impone el laicismo en los colegios donde en muchos casos se obvia la Navidad e incluso se impide hasta poner un belén o cantar villancicos. Impensable hace años.

– ¿Qué le parecen las luces de Navidad de motivos abstractos, sin relación con el relato bíblico?
– Las luces anuncian la fiesta y completan la decoración. Nada que objetar, siempre que no representen algo ajeno o contrario a la Navidad, como hace unos años en Madrid con palabras fuera de contexto. Lo mismo para la decoración de los árboles. Se actualiza el diseño de las bolas, cuyo origen está en Belén (yo no lo sabía hasta que fui), y a la vez se ponen cintas, cajitas, ángeles, estrellas, piñas, etc. Lo que no tendría mucho sentido es un árbol en el que prevalecieran objetos como manzanas, bastones de caramelo, muñecos o animales. Y siempre, en el centro de cualquier casa o establecimiento, debería estar el belén.

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Andrés Galera, autor de «Hoy es Navidad», da ideas renovadoras

«¿Por qué la abuela pone un belén y nosotros sólo un árbol?» Los niños de hoy y la Navidad sin Jesús

Un árbol sin referencia a Jesús no basta para dar sentido a la Navidad, y atiborrarse de regalos y consumo tampoco

Pablo J. Ginés/ReL

5 diciembre 2015

Andrés Galera Cabañas es el autor de Hoy es Navidad (De Buena Tinta), un libro que ha escrito «para madurar el sentido de la Navidad y acercar a Jesús a las personas. Es la historia de un niño de once años que hace muchas preguntas sobre la Navidad porque ni en su casa ni en el colegio saben explicarle muy bien qué es lo que se celebra. Todo empieza cuando el niño pregunta a sus padres por qué ponen árbol pero no belén, mientras que los abuelos sí ponen belén en su casa.

– ¿Quién debería leer este libro? ¿A quién se le puede regalar y por qué?
– Está pensado para niños a partir de diez años. Pero también para sus padres y abuelos.Es para todos y para compartir en familia. Va dirigido especialmente a los que poco o nada saben y quieran conocer o madurar el sentido de la Navidad. Puede ser muy básico para creyentes con una formación sólida. Pero incluso entre éstos que lo han leído les ha gustado, hecho reflexionar… Y sobre todo lo recomiendan para sus hijos o nietos en estas fechas.

»El libro quiere dar a conocer con un formato y lenguaje asequibles el misterio del nacimiento de Jesús: ¿quién es y para qué ha venido al mundo? Lo que lleva a la reflexión sobre Dios, el hombre o el origen del bien y el mal. Y todo desde la perspectiva vital de un niño. Puede ser un buen regalo de los abuelos a sus nietos y de paso a los padres. Los abuelos son muy importantes en la educación y transmisión de valores a sus nietos. Hay muchas abuelas creyentes que rezan por sus nietos e hijos que perdieron la fe y que la encontrarán gracias a sus plegarias y ejemplo.
Andrés Galera, autor de «Hoy es Navidad»,
desea acercar a Jesús a los que viven una Navidad sin Él

– ¿Qué diferencias ve en la Navidad de los niños de 2015 y la de los niños de, digamos, 1985, o 1965?
– En general hoy se vive de un modo más materialista y consumista. A pesar de la crisis, muchos niños reciben regalos y regalos, en los que basan todas sus expectativas estos días, junto al “consumo” de actividades lúdicas. Antes los niños solían conocer quién era Jesús y el porqué de su nacimiento.

»Hoy día, en muchas familias no se habla de Dios ni de Jesús y la Navidad es un mero evento social o familiar. Buenos deseos pero poco Niño Jesús o villancicos o Misa del gallo. Creo también que hoy los niños son menos niños a más corta edad y disfrutan menos jugando. Y están muy influidos por una “cultura” global sin valores que reciben por pantallas de todos los tamaños. Antes la única pantalla era la TV.

»Por otra parte, desde la política se impone el laicismo en los colegios donde en muchos casos se obvia la Navidad e incluso se impide hasta poner un belén o cantar villancicos. Impensable hace años.

– ¿Qué le parecen las luces de Navidad de motivos abstractos, sin relación con el relato bíblico?
– Las luces anuncian la fiesta y completan la decoración. Nada que objetar, siempre que no representen algo ajeno o contrario a la Navidad, como hace unos años en Madrid con palabras fuera de contexto. Lo mismo para la decoración de los árboles. Se actualiza el diseño de las bolas, cuyo origen está en Belén (yo no lo sabía hasta que fui), y a la vez se ponen cintas, cajitas, ángeles, estrellas, piñas, etc. Lo que no tendría mucho sentido es un árbol en el que prevalecieran objetos como manzanas, bastones de caramelo, muñecos o animales. Y siempre, en el centro de cualquier casa o establecimiento, debería estar el belén.

– La alcaldesa de Madrid ha puesto un belén, pero mínimo, de muy pocas figuras.
– Del cristianismo nace una cultura, un arte y numerosas tradiciones que son parte de nuestra identidad. La Navidad se celebra desde el siglo IV. Y los belenes nacen de la mano de san Francisco de Asís.

»Sobre el Ayuntamiento de Madrid y su belén pequeño y relegado: la intención parece clara: despojarlo de toda relevancia y atractivo cultural para que no se visite y deje de ser el centro de la ciudad como era años anteriores.

»Este año el plato fuerte de la programación navideña en Madrid es la que llaman “La Navideña Feria Internacional de las Culturas” que muestra tradiciones de todo el mundo, la mayoría ajenas a la Navidad. No habría nada que objetar, si no fuera porque a la vez se reniega de la cultura y tradiciones propias. En su cruzada sistemática contra la religión católica, algunos no sólo rechazan una parte esencial del hombre, su trascendencia, sino que también niegan parte de nuestra historia e idiosincrasia. ¿De dónde nacen los deseos de paz y amor de la Navidad, sino del cristianismo? En Navidad, cuantos más belenes de todo tipo, mejor.

– Hay quien señala que el Adviento está desapareciendo, devorado por una Navidad que se adelanta. ¿Hay que proteger el adviento?
– Este año la Navidad ha venido precedida del gran Black Friday… ¿A cuántas personas les sonaba esto hace sólo cinco años? Ilustra el dominio de una “cultura” global y comercial apoyada en los medios. Nos están cambiando el agua de la pecera, el medio en que nos movemos. Así, con el apogeo consumista y el encendido de lucescomienza un largo mes y pico de todo tipo de fiestas y eventos sociales que poco tienen que ver con la Navidad.

Y, es cierto, el Adviento vuela, a mí se me va sin darme casi cuenta. Hay que promover el Adviento como tiempo de preparación. Los cristianos deberíamos disponer nuestro corazón y contrarrestar algo el bombardeo mediático y consumista.

En este contexto, la Iglesia (somos Iglesia) debe impulsar iniciativas que ayuden a todos, no sólo los que van a Misa. En las parroquias, centrando las catequesis de niños en el misterio de la venida de Jesús e involucrando a sus padres con algún tipo de reunión, celebración penitencial, etc., que les descubra el sentido del tiempo y les invite a acudir en familia a la Eucaristía dominical.

Además, se podrían generalizar en las parroquias festivales de villancicos y representaciones teatrales navideñas protagonizadas por niños y jóvenes con un sentido formativo y lúdico (las de los colegios son cada vez más laicas), atrayendo a sus familias. ¿Y por qué no acabar con unos dulces y refrescos? Los belenes podrían ser preparados por los propios niños y jóvenes en un entorno de catequesis…

Y, como culmen del Adviento y expresión del amor navideño, por qué no invitar a los fieles a acciones concretas de ayuda a necesitados; visitas a enfermos y hospitales para felicitarles la Navidad con villancicos… Se pueden hacer muchas cosas con Jesús en el centro, pero fuera del centro comercial.

– Más de la mitad de los ingleses, el 51%, afirma que «el nacimiento de Jesús es irrelevante» para «su» Navidad (estudio ComRes 2010). ¿Qué más se puede hacer para evitar esto en España y los países hispanos?
– Mi libro nace de constatar que muchos niños ya no conocen ni viven el sentido de la Navidad. Sus padres lo han perdido o no lo enseñan. En muchos casos, la Navidad es sólo una reunión familiar, que no es poco, pero, como dice un sacerdote de mi parroquia, la Navidad no es el día de la familia.

Creo que promoviendo gestos muy sencillos se puede devolver algo de sentido a la Navidad en todas las casas, en las familias, es la clave. Hablando de costumbres importadas de EEUU, ¿por qué sólo adoptamos algunas? Si entráramos en una casa americana a nadie le extrañaría que bendijesen la mesa, que rezasen sentados en familia. Y ¿por qué aquí no se hace? ¿Por qué, para la mayoría, la oración se ha quedado para las iglesias?

¡Qué bueno sería que se pudiera generalizar este simple gesto de rezar en Nochebuena, en Navidad! Ya hay familias cristianas que lo hacen. Pero debemos extenderlo, convertirlo en una tradición, se reúna un pequeño núcleo familiar o toda una saga. Una simple oración del padre de familia (en muchos casos también abuelo) dando gracias a Dios por un año más de vida, por estar juntos, por la venida de Jesús… Es algo tan sencillo, pero lo cambia todo. A nadie molesta. Y, por un momento, puede tocar el corazón, incluso de los más reacios.

Porque estoy convencido que casi todos conservamos la inquietud trascendente puesta por Dios. Y, a partir de ahí, con libertad, todo lo que se quiera: si es tu casa no se falta al respeto a nadie si se lee el Evangelio del Nacimiento, los niños colocan al niño Jesús en el belén, se cantan villancicos, etc.

Al final se crea una tradición que se hereda como algo de tu familia, tuyo. Y ese gesto puede un día ayudar a algún pariente incluso no creyente… Por experiencia sé que si al final el padre se “olvida” ese año, quien lo pide no es el más creyente: “¿es que este año no vas a rezar…?”

– El libro habla mucho de ángeles, incluso sale uno con trompeta en la portada…
– En realidad, no soy mucho de ángeles… El ángel surgió en parte como recurso literario, como elemento conductor de la historia. Y también por su dimensión sobrenatural. Diría que es típico (o tópico) de los cuentos la aparición de seres mágicos o míticos. Y creo que para mucha gente los ángeles estarían en esa categoría de ficción. Pero nada más lejos, los ángeles son seres creados por Dios, como enseña la Biblia y la Iglesia. Yo mismo he profundizado en su figura y es lo que trato de transmitir. La Biblia y los relatos evangélicos, especialmente los relacionados con el Nacimiento de Jesús, están llenos de ángeles enviados a los hombres para anunciar la Buena Noticia y ayudarles en su camino. Luego era inevitable que hubiera ángeles.

– ¿Qué posibilidades tiene Papá Noel de desplazar a los Reyes Magos en España?
– Parece que de momento existe una deportiva rivalidad. Cada uno tiene su público y sus hinchas. Y muchos se apuntan a los dos equipos. Probablemente los intereses comerciales ayuden a que ambas tradiciones convivan.

Pero debemos estar vigilantes, porque la creciente laicidad política podría tratar de sustraer del calendario la festividad del 6 de enero. Espero no verlo.

Así, lo relevante es que los cristianos difundamos el verdadero sentido de la Epifanía del Señor. Y puede ayudar el ejemplo de parroquias en la que el 5 de enero los magos de oriente visitan el templo para adorar al Niño Jesús y presentarle sus ofrendas, como narra el Evangelio de san Mateo, que lee y explica un sacerdote. Luego las familias hablan con los magos que tratan de dar una palabra cristiana, además de recibir las cartas y peticiones de regalos de los niños…

Sé también de algún pueblo donde el 6 de enero los niños reciben parte de los regalos en la parroquia… Creo que son iniciativas a extender y consolidar.

En definitiva, se trata de que la fiesta tenga un sentido, un marco cristiano, dentro y más allá de la tradición de los regalos, y que no la protagonicen los centros comerciales ni las cabalgatas, cada vez más espectaculares pero con mínimas referencias católicas.

Fuente: http://linkis.com/com/wUn6s

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