InicioDesarrolloEl hembrismo en el lenguaje y otras estúpidas incorrecciones lingüísticas

El hembrismo en el lenguaje y otras estúpidas incorrecciones lingüísticas

¿Qué tal se oye esto?: “La disidenta política, miembra del partido de oposición y  lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras (SNTT), se perdió entre la gente y la genta que paseaba por la plaza cuando intentaba huir de los agentes y las agentas secretos y secretas que la perseguían por orden de la dirigenta del partido en el poder, quien por cierto, era cónyuja del actual presidente de los mexicanos y las mexicanas.”

Compáralo con esto: “La disidente política, miembro del partido de oposición y líder del Sindicato Nacional de Trabajadores (SNT), se perdió entre la gente que paseaba por la plaza cuando intentaba huir de los agentes secretos que la perseguían por orden de la dirigente del partido en el poder, quien por cierto, era cónyuge del actual presidente de los mexicanos.”

 

Género no es igual que sexo

En el idioma español, se admiten las alternancias: “Ella es el miembro (o la miembro) más notable del equipo.” Pero “miembra” no se usa: “Ella es la miembra más notable del equipo.”

El género, que no siempre está relacionado con el sexo biológico, es una propiedad de los nombres y de los pronombres que tiene carácter inherente, y produce efectos en la concordancia con los determinantes (palabras que acompañan al nombre y nos dan información sobre él: nuestro/nuestra, el/la, un/una, poco/poca,  del/de la, demasiado/demasiada, mismo/misma…).

Las personas no tenemos género, tenemos sexo. De ahí que la expresión “violencia de género” sea incorrecta, porque la violencia la cometen las personas, no las palabras. En nuestra lengua se debe decir “violencia sexual” o “violencia doméstica”, como nos indica la RAE.

 

Reiteraciones innecesarias

No se acepta la utilización redundante del masculino y el femenino: “Ciudadanos y ciudadanas” es un circunloquio innecesario.

El criterio básico de cualquier lengua es economía y simplificación: obtener la máxima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo con cuatro palabras lo que puede resumirse en dos.

A lo largo de los últimos años, destacados miembros de la RAE han venido rebatiendo la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina: “Ciudadanos y ciudadanas, padres y madres, niños y niñas…” Tales piruetas lingüísticas son innecesarias.

“El empleo de circunloquios y sustituciones inadecuadas: ‘diputados y diputadas electos y electas’ en vez de ‘diputados electos’, resulta empobrecedor, artificioso y ridículo”, afirma Arturo Pérez-Reverte.

“Junto al machismo, que subordina todo al macho, han creado el “hembrismo” y han olvidado lo central, el ser hombre, en sus dos vertientes. El mundo se reduce a sexo: ese es el lema de esta moderna herejía. Ahora comprenderán su reflejo lingüístico. Primero confunden género y sexo: una silla es femenino pero no hembra, un sillón es masculino pero no macho.

El género común es útil, evita pérdidas de tiempo, sintetiza abarcando ambos géneros y ambos sexos; es más económico decir: “Dejad que los niños se acerquen a mí”, que decir ‘los niños y las niñas´”, escribió Francisco Rodríguez Adrados en “De las Reales Academias Española y de la Historia” para el diario ABC. También subrayan la estúpida incorrección lingüística de “para todos y todas”, “los compañeros y las compañeras”, “los ciudadanos y las ciudadanas”, matraca políticamente útil, al decir de sus usuarios. Sustituir “los funcionarios” por “los funcionarios y las funcionarias”, es tonto e inútil, destroza la economía del lenguaje. Es grotesco.

 

Arroba @ no es una letra

Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos ha comenzado a usarse el símbolo de la arroba (@), como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales “a” y “o”: l@s niñ@s.

Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo. A esto se añade la dificultad de aplicar esta fórmula integradora sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en “Día del niñ@”, donde la contracción “del” solo es válida para el masculino “niño”.

 

¿Qué es arroba (@)?

 

1) Es un símbolo que se utiliza para representar la unidad de masa llamada arroba: @ (plural @@). Peso equivalente a 11,502 Kg. (En Aragón, peso equivalente a 12.5 Kg.)

2) En la actualidad es usado en informática para indicar “en” (“at “en inglés) dentro de las direcciones de correo electrónico y otros servicios en línea que utilizan el formato usuario@servidor.

3) Durante buena parte del comienzo y la mitad del siglo XX fue un símbolo usado en los libros de texto para representar el área, especialmente en libros de matemáticas e ingeniería.

 

Para no errar

Las lenguas evolucionan, pero evolucionan con el uso popular <->, no con imposiciones políticas de carácter vertical.

“Nueva gramática de la lengua española”, publicada por la RAE, es la primera gramática académica desde 1931 y ofrece el resultado de once años de trabajo de las veintidós Academias de la Lengua Española, que aquí fijan la norma lingüística. Su objetivo es conseguir que la nueva gramática, en sus diferentes versiones, llegue a todos los hispanohablantes: usuarios, especialistas, investigadores y profesores de español.

Paradójicamente, al tiempo que se intenta imponer políticas de “género” al idioma, se pone de moda un error garrrafal: Decir “la primer” en vez de “la primera”. ¡Que alguien me explique!

 

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